La mina que se convirtió en lago

La localidad de As Pontes, a 35 minutos en coche de Ferrol y a una hora de La Coruña, alberga un lago artificial construido sobre una antigua mina de carbón a cielo abierto, considerado uno de los mayores de Europa construídos por el hombre y convertido en una auténtica referencia en restauración medioambiental.


Playa del lago
El lago tiene un perímetro de 18 kilómetros, una longitud máxima de 5 kilómetros, una anchura de hasta 2,3 kilómetros y su profundidad llega a los 206 metros en el punto más hondo. Recibe agua de seis ríos (Illade, Meidelo, Peleteiro, Uz, Chao y Maciñeira) y vierte a su vez sobre el río Eume, por lo que sus 547 millones de metros cúbicos se van renovando constantemente. Pese a la antigua actividad minera de estos terrenos, se trata de un agua apta para el baño de hecho cuenta con una playa, también artificial, de 430 metros de longitud y para cuya construcción se usaron 90.000 toneladas de arena. El lago alberga además periódicamente pruebas deportivas de disciplinas náuticas como el windsurf o el piragüismo. En su agua se pueden encontrar especies como truchas y anguilas, y en el interior del lago hay dos pequeñas islas proyectadas como reserva ornitológica.

Una chimenea de récord
Central térmica de As Pontes, con su chimenea
El yacimiento de lignito de As Pontes fue documentado por primera vez en 1790, aunque su explotación minera no comenzó hasta 1946. En 1976 su actividad se intensifica, convirtiéndose en la mina a cielo abierto más grande de España. Ese mismo año entró en servicio junto a la mina una central térmica explotada por Endesa y alimentada por el carbón extraído en la zona. Con una potencia de 2.400 megavatios es la que más energía eléctrica genera en España, el equivalente al 5% del consumo de todo el país. Su chimenea, conocida como Endesa Termic, se erigió en 1974 y en la actualidad sigue siendo la segunda estructura más alta de España, solo superada por una antena de radio de uso militar en Alicante (torreta de Guardamar). Con 356 metros, supera de largo a los rascacielos más altos del país (Torre de Cristal, en Madrid, alcanza 249 metros) y también es una de las construcciones más altas de toda Europa.

El creciente uso por parte de la central de carbón de importación llevó en diciembre de 2007 al cierre de la mina, después de seis décadas en las que se extrajeron más de 250 millones de toneladas de lignito. Tan solo unos días más tarde comenzó la inundación del enorme hueco que había dejado en el terreno esta explotación, labor que se prolongó cuatro años. El lago se consideró lleno en 2012, cuando empezó a desbordar por primera vez al río Carracedo, afluente del Eume.

Pero esta no es la única operación de restauración ambiental relacionada con la mina. Durante un cuarto de siglo los materiales sobrantes de la extracción del carbón fueron acumulándose en la denominada 'escombrera exterior', que llegó a convertirse en uno de los mayores depósitos artificiales de tierra de Europa, y el mayor de España. Una cubierta vegetal permitió que esta acumulación de escombros haya quedado completamente integrada en el paisaje, como si fuera un monte más de la zona, con convirtiéndose en el área restaurada más grande de la minería española, con más de 600.000 árboles y la presencia de doscientas especies de animales, como jabalíes, nutrias, lobos y corzos.

Más información
www.lagodeaspontes.com
'Los habitantes de la escombrera' (PDF), de Felipe Bárcena, Laura Lagos y Aníbal Gil

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