Las lluvias de los últimos días han provocado un enorme corrimiento de tierras en la costa de la localidad asturiana de Cadavedo que pone en riesgo la integridad de uno de los hórreos más fotografiados de Asturias y que en los últimos años se había convertido en una de las imágenes promocionales habituales del Principado. El principal atractivo de esta construcción es su ubicación al borde de un acantilado, lo que permite apreciar en una única imagen un elemento etnográfico característico de la región, la inmensidad del Cantábrico y una escaparda costa, con la playa de Cadavedo en primer término. Ello, unido al verde de los prados que forman el denominado Campo de la Garita, lo ha convertido en uno de los lugares más fotografiados de Asturias.
En el ámbito local, el espacio tiene además un especial significado, pues es donde cada último domingo de agosto se celebra la Fiesta de la Regalina, declarada de Interés Turístico Regional y una de las de más arraigo de la zona occidental de Asturias, con un marcado carácter folclórico. Junto al hórreo, de hecho, solía montarse un pequeño escenario sobre el que se celebraban bailesa tradicionales y cuyos pilares se han venido abajo con el corrimiento de tierras. El epicentro de La Regalina es la capilla de Santa María de Riégala, ubicada justo frente al mar y a la que se sube en romería con carrozas decoradas con flores.
El Ayuntamiento de Valdés, al que pertenece la localidad de Cadavedo, prevé iniciar con urgencia los trabajos para el desmontaje del hórreo, que podría levantarse en otro punto del Campo de la Garita. Recientemente otro símbolo de la Cornista Cantábrica también se vio afectado por la erosión natural. Se trata de uno de los arcos de la playa de Augas Santas, en Ribadeo, formaciones que la han popularizado con el nombre de Las Catedrales.
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